Tu que nos dijiste:
'El que viene a mi nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Hoy me acerco hasta ti para pedirte protección, resguardo y refugio frente a mis enemigos y cualquier persona que me quiera provocar cualquier mal.
Yo sé que tú eres omnipresente, y que estás en todas las cosas que nos rodean.
Por esa razón te pido de todo corazón que me defiendas con tu manto y que tú divina luz guíe mis pasos para que ninguna persona que me quiera hacer daño se acerque.
Que mis enemigos se rindan frente a tu poder, que sus palabras llenas de maldad se pierdan en el silencio, y que sus acciones que busquen dañarme sean detenidas por tu poder.
Recúbreme con tu poderosa armadura y con la espada de San Miguel para que ninguno de mis adversarios se atreva siquiera a acercase a mi. Que la oscuridad se convierta en Liz, la noche en día, las tinieblas en bondad y el mal en bien.
Haz que con estas palabras el diablo y cualquiera de sus demonios se alejen de mi vida, de mi hogar, de mi trabajo y tenga siempre un camino de luz, de paz y de felicidad.
Salvaguarda mis pasos, y ampara cada una de mis acciones con tu manto, para que siempre llegue con bien al destino que tenga que llegar.
Que cualquier forma de maldad se aleje con estas palabras.
Gracias Dios mío por escuchar esta oración poderosa contra enemigos y todo mal.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria.
Por siempre Señor.
Amén
