Realiza esta oración para que las raíces de un amor maligno se arranquen desde lo más profundo.
Oración
Dios mío,
Se que eres un Dios de Amor, por eso me apoyo de ti, para que me cubras de tu manto y de esa forma me hagas olvidar este amor que me hizo tanto daño.
Ayúdame a olvidarlo, para poder sanar las heridas y las grietas que hay en mi corazón.
De verdad muchas gracias por el tiempo que me ayudaste a pasarlo a su lado, pero las peleas, las infidelidades y los malos momentos, han provocado que me lo que alguna vez era un campo de flores, se haya convertido en un gran castigo a mi alma.
Por eso estoy aquí a tus pies, pidiéndote de corazón me regreses la felicidad, la alegría a mi sonrisa, la paz espiritual y las estrellas a mi cielo.
Ayúdame a dejar en el tintero este sentimiento de apego, para que con el tiempo llegue otra persona a mi vida.
Limpia todas mis heridas, cura y sana mi mente y mi cuerpo; y sobretodo ayudame a ser fuerte en los momentos de soledad en lo que abandono estos rastros de amor que aún quedan en mi interior.
Yo sé que tus tiempos son exacto, y que no será de la noche a la mañana, pero a través de esta oración poderosa, yo sé que me ayudarás a que día con día este sentimiento se vaya de mi cuerpo.
Y un día sin esperarmelo abriré la ventana y estaré iluminada de brillo y esperanzas, como la primera vez.
Gracias Dios mío por escuchar mi plegaria.
Gracias Dios mío por ayudarme a olvidar este amor
Gracias Dios mío por todo.
En el nombre de tu hijo Jesús.
Amén
Hay amores que desafortunadamente son dañinos y que con el tiempo s econvierten en relaciones tóxicas, en las que la mejor ayuda de Dios es el distanciamiento.
Es de sabios saber que uno se ha equivocado, y esta oración está hecha para encontrar el olvido de esa persona, para sanar las heridas del cuerpo, del alma y de la mente.
Porque Dios sabe que con el tiempo a lado de una persona se van formando raíces, desgraciadamente el fruto de esa relación se puede llegar a podrir.
Con esta oración podras arrancar todos los sentimientos que tuviste hacia esa persona. Y si la repites día con día, verás que te sientes mejor, y dejarás de sentir esa sensación que te apriciona el pecho cada vez que la quieras ver.
La mejor ayuda es Dios. Tu puedes liberarte de las trampas de este amor maligno.